El Castro de Chano es un asentamiento astur que data del siglo I antes de Cristo, situado entre las poblaciones de Chano y Guímara, en el Valle de Fornela.
El castro, que sorprende por su excepcional estado de conservación, cuenta con unas replicas de las edificaciones, en las que se muestra como vivían nuestros antepasados hace miles de años, permitiéndonos conocer el interior de estas tal y como se cree que eran en aquel tiempo, con los enseres y mobiliario originales, dándole así un plus extra a la visita.
Independientemente del valor histórico del castro, visitar el Valle de Fornela siempre merece la pena, es un lugar alejado del mundo, aproximadamente a una hora de Ponferrada. Sus verdes valles, plagados de riachuelos cuya unión forma el Río Cúa, contrastan con las cumbres, por encima de los 2.000 metros, todavía nevadas. El valle trasmite paz, tanto en los arreglados pueblos de Chano y Guímara, frontera con Asturias, como en sus pastos y montañas.
El acceso al castro no tiene complicación ninguna, está situado a unos 2 kilómetros del pueblo de Chano. Junto a la carretera nos encontraremos un aparcamiento, donde se encuentra el Área Temática del Castro de Chano, formada por varias pallozas, tres de ellas son replicas de las originales del castro, y se pueden visitar, mientras que las otras dos, son un punto de información turística y una cafetería.
Para acceder al castro hay que seguir un camino que no llega al kilómetro de distancia, perfectamente señalizado y balizado. Sorprende no ver el castro hasta estar prácticamente metido en él.
El yacimiento, en el que se pueden observar cerca de una veintena de edificaciones, construidas mayormente con pizarra, está muy bien conservado, apreciándose perfectamente como estaba constituido el poblado en el pasado. Muchas de las viviendas conservan muros de unos cuatro metros de altura y algo más de medio metro de espesor.
Desde el castro, estratégicamente situado, hay unas bonitas vistas de todo el valle.
El mejor complemento a la visita al castro, es detenerse un tiempo en las pallozas que tienen habilitadas para su visita, donde por 1,50€ el personal del Área Temática nos explicará y nos enseñará como vivían nuestros antepasados, trasladándonos varios siglos atrás en el tiempo...
El yacimiento, en el que se pueden observar cerca de una veintena de edificaciones, construidas mayormente con pizarra, está muy bien conservado, apreciándose perfectamente como estaba constituido el poblado en el pasado. Muchas de las viviendas conservan muros de unos cuatro metros de altura y algo más de medio metro de espesor.
El mejor complemento a la visita al castro, es detenerse un tiempo en las pallozas que tienen habilitadas para su visita, donde por 1,50€ el personal del Área Temática nos explicará y nos enseñará como vivían nuestros antepasados, trasladándonos varios siglos atrás en el tiempo...
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