Aventuras de un dominguero: CAMINO DE SANTIAGO

martes, 27 de mayo de 2014

CAMINO DE SANTIAGO | Ventas de Narón - Melide

Tras la maratoniana etapa del día anterior, en el que caminamos cerca de 40 kilómetros, para nuestro segundo día de Camino escogimos una jornada más asequible, de unos 26 kilómetros, los que unen Ventas de Narón, donde hicimos noche, con Melide, ya en la provincia de La Coruña.

Melide se caracteriza por ser uno de los puntos del Camino de Santiago donde mejor pulpo se come, por lo que en esta ocasión nos decantamos por hacer la etapa del tirón, sin parar a comer, y degustar así esté plato típico gallego al llegar a nuestro destino.

Hacer noche en una aldea como Ventas de Narón tiene sus "pros" y sus contras, una de las mayores ventajas que yo le vi, a mayores del descanso que supone dormir en un lugar donde por la noche sólo hay silencio, fue el despertar con el canto de los gallos al amanecer, es algo de lo que siempre he oído hablar, y probablemente en los pueblos la gente este acostumbrada, pero para mi fue una agradable novedad y una de esas experiencias que te aporta el Camino.

De Ventas de Narón salimos al amanecer, bajo ese canto de los gallos, que al igual que nosotros, le daban la bienvenida al nuevo día. Esta primera parte del camino, hasta llegar a Palas de Rey la hicimos prácticamente en solitario, se nota que Ventas de Narón no suele ser un sitio donde comenzar las etapas, y que el grueso de la gente vendría desde muy atrás, probablemente desde Portomarín.

Decir que esta etapa del Camino es cuesta abajo, quizá sea mentir, ya que la sensación que te deja el Camino al hacerlo es de un continuo sube y baja, marcado por esa orografía de pequeñas montañas y colinas, tan característica de Galicia. Así todo, esta parte, hasta Palas de Rey, es una de las pocas en las que se baja más que se sube, ayudándonos así la gravedad a seguir con nuestros pasos.

En Palas de Rey, tras unos 12 kilómetros de marcha, paramos a almorzar, reponiendo así fuerzas más o menos a mitad de camino entre Ventas y Melide.

Tras pasar Palas de Rey, hasta donde el Camino trascurre en su mayor parte por la carretera o junto a ella, la ruta continua a través de bonitos "túneles" entre árboles en una sucesión de bosques que ya no cesan hasta llegar a Melide. Esta parte del Camino es, sin duda, una de las más bonitas.

Al poco de pasar el mediodía y justo cuando el calor estaba empezando a hacernos mella, llegamos a nuestro destino, comprendiendo el porque la mayoría de los peregrinos hacen etapas de unos 20-25 kilómetros, la distancia ideal para disfrutar del Camino sin que el tiempo de ruta o los kilómetros en las piernas comiencen a pasar factura.

Ya en Melide aprovechamos la hora para disfrutar de un par de cervecitas antes de darnos una ducha, quitarnos el "olor a peregrino", y catar ese famoso "polbo a feira".

Lo bueno de llegar antes de comer, es que el día te cunde lo suficiente para dormir una pequeña siesta y luego aprovechar la tarde para conocer el lugar en el que pernoctas. Probablemente Melide no solo viva del Camino, pero seguro que es una de sus mayores fuentes de ingresos... el paseo que dimos por la tarde, mientras conocíamos el pueblo, lo compartimos con otros peregrinos, que al igual que nosotros tomaban algo, disfrutando del Sol en las terrazas, mientras descansábamos las piernas y comentábamos el tute que llevábamos y el que nos quedaba hasta llegar a Santiago. Es un ambiente bonito, en el que es curioso ver como cada uno muestra el castigo del Camino, ya sea en forma de cojera, o mediante esfuerzos en rodillas o espalda... por momentos, hay peregrinos que parecen salidos de "The walking dead" por los movimientos que hacen...

En Melide, nos alojamos en la Pensión Berenguela, probablemente nuestro exceso en el Camino, ya que tocaba lavar y optamos por un baño propio: 40€/noche.

Etapa corta y bonita, que nos vino bien para recuperarnos ante el esfuerzo del día anterior... y para coger fuerzas para nuestra siguiente etapa, en la que de nuevo superariamos los 35 km. para llegar hasta O Pedrouzo.