El último lugar que conocimos en nuestro viaje por el entorno de los países bálticos fue Helsinki, capital de Finlandia. Para ello tuvimos que cruzar el Golfo de Finlandia, atravesando un congelado Mar Báltico.
Es la ocasión en la que he estado más al norte, donde a su vez tuvimos que aguantar las temperaturas más gélidas que yo he conocido jamás, con una sensación térmica inferior a los -20ºC.