Esta ruta, que parte de la Braña de Susañe, una de las numerosas brañas que pueblan los montes del Alto Sil, en los lindes entre León y Asturias, es una de las más completas de la zona, puesto que en nuestro caminar transitaremos junto a bosques centenarios, bonitos arroyos y cascadas, cumbres tan conocidas de la zona como el Miro de Valdeprado o el Cornón de Busmori y, por supuesto, lagunas de origen glaciar como son el Pozo Cheiroso o las Lagunas de Fasgueo, todo ello por terrenos en los que el hombre apenas a metido mano, gozando de una naturaleza casi virgen, por la que presta caminar.
Desafortunadamente para nosotros, el día no nos acompañó todo lo que quisiéramos y no pudimos disfrutar al máximo de un paisaje que, con toda seguridad, nos habría dejado totalmente boquiabiertos.
La ruta la comenzamos en la Braña de Susañe, a la que se accede por la carretera que sube hasta la mina de Cerredo, ya en Asturias. Allí dejamos el coche y nos dispusimos a subir hacia el Miro. En un primer momento nos surgieron algunas dudas, ya que el día no se presentaba demasiado amigable, pero como las predicciones meteorológicas no daban lluvia, confiamos en que la niebla fuese levantando a lo largo del día, permitiéndonos disfrutar de un paisaje que en esos momentos se mantenía oculto bajo ese manto gris de nubes.
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Braña de Susañe |
El ascenso hacia el Pozo Cheiroso lo hicimos a través del valle que forma el arroyo Busmor, siguiendo una senda que por momentos se perdía totalmente entre la maleza.
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Cartel de ruta hacia el Pozo Cheiroso |
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A veces costaba seguir un poco la senda |
Esta primera parte de la ruta es la que más cuesta seguir, ya que a veces era difícil localizar la senda que aunque no lo parezca existe... por contra, es también una de las más bonitas, puesto que el arroyo Busmor, en su descenso hacia el valle, se precipita en numerosas cascadas y saltos de agua, acompañando nuestro caminar con ese relajante sonido del agua.
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Arroyo Busmor |
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Cascada Aguas Blancas, Arroyo Busmor |
Tras unos dos kilómetros subiendo por el bosque, entre robles, acebos, serbales y abedules, llegamos a la Vega de Busmor, una zona más abierta donde se asienta la abandonada Braña de Busmor. Es una pena que la niebla no nos dejase ver demasiado, ya que en un día claro el sitio debe ser espectacular.
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Vega de Busmor |
Una vez en la Vega de Busmor, a unos 1.600 metros de altura, dejamos el bosque y comenzamos la parte más montañosa de la ruta, en la que giramos a la izquierda, afrontando ya la ascensión al Miro, a través de un engorroso chancal, que nos dejó junto a la Laguna Bermecha, una pequeña laguna glaciar que sirve como antesala al Pozo Cheiroso.
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Braña de Busmor, echando la vista atrás desde la subida al Miro |
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Ascenso por el chancal |
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Laguna Bermecha |
Entre la Laguna Bermecha y el Pozo Cheiroso hay un pequeño collado, que no entraña demasiada dificultad, agradecidos ya al dejar atrás la pedrera y continuar nuestro camino por sendas, más propias de animales, pero que no tenían perdida al estar secundadas por varios hitos que nos iban confirmando el camino.
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Descenso hacia el Pozo Cheiroso, al fondo entre la niebla |
El Pozo Cheiroso es uno de los lagos glaciares más grandes que tenemos en el Bierzo, y aunque habitualmente sus aguas lucen un color azul turquesa, en esta ocasión la falta de Sol nos impidió deleitarnos con esa vista. La niebla, en cambio, no consiguió que no disfrutásemos de la poza, puesto que de cerca pudimos apreciar la calma de sus aguas cristalinas, además allí aprovechamos para hacer un alto en la ruta y relajarnos en un enclave fascinante, al que nos prometimos volver en un día más claro.
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Pozo Cheiroso |
Dejamos atrás el Pozo Cheiroso y seguimos nuestra ruta hacia el Miro, por una senda que serpenteaba entre la ladera de la montaña, en la que cada mirada atrás nos permitía observar la belleza de una poza que ya no perderíamos de vista hasta coronar el Miro.
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Pozo Cheiroso |
El Miro de Valdeprado, con 1.985 metros de altitud, es la cumbre más alta de la zona y probablemente un estupendo mirador a los valles circundantes, pero en nuestro caso, estas vistas quedarán para otra ocasión, ya que aunque comenzamos la ruta confiados en que al coger altura dejaríamos abajo la niebla, el Miro es el punto más alto de la ruta y ésta seguía lo suficientemente cerrada como para impedirnos ver más allá de 10 ó 15 metros...
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Pico Miro, 1.985 m. |
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Pico Miro, 1.985 m. |
Desde el Miro seguimos caminando por el cordal, dejando a nuestra derecha cumbres como Peña Boquín (1.986 m.) o Cornón de Busmori (1.932 m.), así como bonitos valles, como el que forma el arroyo Busmor, con la braña de Susañe al fondo del valle, paisajes que por momentos la niebla nos permitía distinguir.
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Caminando por el cordal |
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Braña de Busmor |
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Unos inesperados "acompañantes" |
Caminamos por el cordal un par de kilómetros, hasta alcanzar el collado de Coronxo, que se encuentra bajo el Alto del Bigardón (1.939 m.) y justo encima del valle glaciar donde se asientan las Lagunas de Fasgueo.
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Lagunas de Fasgueo |
Las Lagunas de Fasgueo son dos lagunas de origen glaciar, que junto con el valle de Fasgueo forman uno de los enclaves más bonitos de la Cordillera Cantábrica, allí aprovechamos para comer, y deleitarnos con las vistas hacia el valle de Degaña o hacia el propio collado por el que habíamos accedido al valle, franqueado por las cumbres del Portillón y del Cornón de Busmori.
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Laguna pequeña |
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Laguna grande |
Mientras gozábamos de la paz que emanan las lagunas, comenzó a llover, por lo que rápidamente dejamos el lugar y nos dispusimos a descender de nuevo a la carretera de Valdeprado, pero curiosamente, estas cuatro gotas que cayeron no fueron a más, pero en cambio disiparon la niebla, por lo que una vez que ya casi habíamos acabado la ruta, por fin pudimos ver parte de los paisajes por los que habíamos caminado. Así hicimos el camino de regreso, contentos con el nuevo panorama, pero con una sensación agridulce, ya que fue una verdadera lástima que la niebla no escampase unas horas antes.
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Vistas hacia el Valle de Valdeprado |
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Vistas hacia la cordillera del Miro |
Como comentaba al principio, una de las rutas más interesantes y completas que se pueden realizar por la zona, que dudo que deje indiferente a nadie. Por mi parte, me tocará repetirla un día en el que la niebla no me impida disfrutar de un paisaje que a buen seguro me resultará espectacular.
Grandiosa ruta y grandioso paisaje el que encierra el vatse de Valdeprao, así como el lindante de Pedroso y el asturianu de Degaña. Una de las mejores zonas de la cordillera.
ResponderEliminarSaludos.
Así es, esos valles me tienen enamorado! Tengo que colgar más rutas por la zona! ;)
EliminarGracias por tu comentario! Un saludo!
Subi x primera vez al alto del miro hace 20 años,en pleno verano disfrute de su lago y corone el pico ya sin fuerzas jeje,lo pase muy mal con la ascension..mucha maleza y xq nunca habia hecho una ruta asi, pero merecio la pena sentarme en la cima con el lago a mis pies y el paisaje q no dejo de sacarme la sonrisa...inolvidable
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