El archipiélago, situado a unos 15 kilómetros de la costa gallega, está compuesto por tres islas: Isla Norte o de Montegudo, Isla del Medio o de Faro e Isla Sur o de San Martiño, así como por varios islotes. Dos de ellas, la de Monteagudo y la de Faro, están unidas entre si por la famosa Playa de Rodas, elegida por The Guardian, como la mejor playa del mundo en 2007.
Durante los meses de verano, hay varias empresas navieras que, desde Baiona, Cangas o Vigo, ofrecen el traslado en barco a las islas por algo menos de 20€ el trayecto completo (ida y vuelta). En un día claro merece la pena hacer este desplazamiento, de unos 45 minutos de duración, en la terraza del barco, disfrutando de la Ría de Vigo, la más meridional de las Rías Baixas.
Trayecto Vigo-Islas Cíes
El barco atraca en un pequeño muelle situado en la Isla de Monteagudo, en plena Playa de Rodas, por lo que la primera visión de las Cíes desde el barco es realmente espectacular.
Playa de Rodas
Playa de Rodas
Tras disfrutar de las vistas hacia esta magnífica playa, más propia del Caribe que de la costa gallega, y puesto que habíamos madrugado lo suficiente como para poder disfrutar posteriormente de ella, nos dispusimos a conocer más a fondo las islas, realizando una de las rutas existentes en la isla: La Ruta de Monte Faro, la ruta más larga y a la vez más transitada de las Islas, en la que tras 3,5 kilómetros por el interior de la Isla de Faro, llegaríamos hasta el Faro de Ciés, a 175 metros de altitud.
Bordeando la playa de Rodas, nos dirigimos hacia el dique artificial que permite cruzar la ensenada que separa las dos islas, dejando atrás la Isla de Monteagudo e internándonos en la de Faro.
Ensenada del Lago
Tras cruzar el puente, lo primero que nos encontramos es con el Camping Islas Cíes, seguramente un grato lugar donde pasar una noche alejado del mundo, y con el Centro de Interpretación de la Naturaleza, situado justo antes del cruce principal de la isla, donde cogemos el camino de la derecha, a través del cual nos adentramos en un precioso y espeso bosque donde a través de varios zigzag vamos ganando altura y poco a poco, obteniendo bonitas vistas de la isla.
Arboleda
A media subida, nos desviamos a la derecha para ver la Pedra da Campá, situada en un mirador al que merece la pena acercarse y observar los impresionantes acantilados que dominan esta cara de la isla, allí junto al observatorio de aves, se divisa una isla muy distinta a la que se ve desde la playa de Rodas.
Pedra da Campá
Acantilados de la Isla de Faro
Islas de Faro y Monteagudo
Playa de Rodas, con la ría de Vigo al fondo
Tras este pequeño desvío volvimos al camino, ya por encima de los arboles y con una bonita panorámica de toda la ría, en la que destaca la isla de San Martiño, que se mantiene independiente de las otras dos e inaccesible para los que no disponemos de un medio de trasporte marítimo.
Isla de San Martiño
El camino serpentea hasta la cima de Monte Faro, a 175 metros de altitud, donde se sitúa el faro de Cíes, final de la ruta y el mejor mirador posible sobre el archipiélago y la ría de Vigo.
Faro de Cíes, Monte Faro 175m.
Acceso al faro de Cíes
Vistas desde el faro de Cíes
En el mirador grabé un vídeo en el que se aprecia la belleza de estos acantilados:
Para la vuelta optamos por conectar con la ruta que va hasta el faro da Porta, y así volver a la playa de Rodas por un itinerario diferente, en el que ya a nivel del mar fuimos disfrutando de las vistas hacia la Isla de San Martiño, así como de la acogedora Playa de Nuestra Señora.
Descendiendo hasta el camino al faro da Porta
Playa de Nuestra Señora
En hacer esta vuelta, de unos 7 kilómetros, invertimos gran parte de la mañana, por lo que cuando llegamos de nuevo a la Playa de Rodas no nos lo pensamos dos veces y probamos esas cristalinas aguas atlánticas que tanta fama le han dado a las Islas Cíes. Tras el chapuzón aprovechamos para comer en un chiringuito con bonitas vistas sobre la playa, mientras disfrutábamos de una sombra que sin duda ya se agradecía.
Chiringuito junto a la playa de Rodas
Gran parte del tiempo que nos quedaba por la tarde, antes de coger de nuevo el barco, lo empleamos en esta impresionante playa, que muchos catálogos la colocan entre las mejores del mundo, pero antes de abandonar este pequeño paraíso que son las Islas Cíes, decidimos subir hasta el Alto del Principe, a 111 metros de altitud, y así conocer también el interior de la Isla Norte o de Monteagudo.
La subida al Alto del Principe, trascurre mayormente a la sobra de un bosque de eucaliptos que por momentos nos dejan entrever las aguas turquesa de la Playa de Figueiras o de los Alemanes, la segunda playa en extensión de la isla, en la que habitualmente se practica el nudismo.
Ascenso hasta el Alto del Principe
Playa de Figueiras o de los alemanes
Una vez en el alto, a unos dos kilómetros de la playa de Rodas, pudimos ver las islas desde una perspectiva diferente, destacando el paisaje que forman el Lago y la playa de Rodas en la unión de ambas islas, así como un distante Faro de Cíes, el mismo que habíamos visitado pocas horas antes.
Islas del Monteagudo y de Faro, vistas desde el Alto del Principe
Playa de Rodas, laguna y ensenada del lago, vistas desde el Alto del Principe
Nuestra visita la terminamos con un nuevo baño en unas aguas tan cristalinas que te invitaban a no salir de ellas y aunque nos faltó realizar la ruta que sigue hasta el Faro do Peito, en la parte más septentrional de la isla, creo que en líneas generales nos llevamos una idea bastante buena de lo que son estas Islas Cíes, a las que los romanos rebautizaron como Islas de los dioses, no sin razón, ya que estas islas son un autentico paraíso en la tierra, tanto por su archiconocida y maravillosa Playa de Rodas, como por en valor natural y paisajístico que poseen.
Rastreé las dos rutas y las uní en este track de Wikiloc: Islas Cíes: Faro de Cíes + Alto del Principe por si alguien quiere hacer las rutas, aunque están lo suficientemente señalizadas como para que no sea necesario usar el GPS.
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