Cuando meses atrás, planificamos nuestro viaje a los Alpes, dejamos los dos últimos días del viaje un poco en aire, a expensas de, sobre la marcha e "in situ", buscar el mejor plan posible... Creo que no nos equivocamos, ya que mientras en España teníamos alguna duda sobre si seguir explorando montañas o, en cambio, darle un giro más cultural al viaje, visitando ciudades como Lausanne o Ginebra, una vez allí no hubo ninguna duda ¡teníamos que aprovechar nuestro viaje alpino al máximo! ¡Ya tendríamos tiempo de volver a Suiza en un plan distinto! Entre las distintas opciones que habíamos barajado desde España, había una que destacaba por encima de todas las demás: El Jungfraubahn, el tren cremallera que sube hasta la estación de Jungfraujoch, la estación de ferrocarril más alta de Europa, 3.454 metros sobre el nivel del mar. Nos echaba un poco para atrás el precio: casi 200CHF (unos 160€) por persona, pero aprovechando una oferta en la que la empresa felicitaba a la selección española de fútbol, recientemente campeona de Europa, con un 50% de descuento a todos los españoles decidimos hacer un último esfuerzo y subir a uno de los lugares más impresionantes de los Alpes. ¡No nos arrepentimos!
Para subir al Jungfrau, nos desplazamos hasta Interlaken, "Entre lagos" en la lengua de Cervantes, donde pasamos dos noches en el hostal Funny Farm (así describí, en Tripadvisor, nuestra estancia). Zermatt e Interlaken no están demasiado lejos, creo recordar que en poco más de una hora habíamos cubierto el viaje, con cuatro trasbordos incluidos (en Brig, en Visp, en Lötschberg y en Spiez), por supuesto, como en todo nuestro recorrido por Suiza, en tren.
Interlaken (Suiza).
Interlaken es una pequeña ciudad, situada entre los lagos Thun y Brienz, en el centro de Suiza. El río Aar, canalizado, atraviesa la ciudad, uniendo ambos lagos. Tanto la construcción como el ambiente es muy diferente a lo que vimos en Chamonix o en Zermatt. Interlaken está enfocada al turismo, pero no tanto al turismo de montaña, sino a un turismo más "señoritingo", viendo los lagos me imagino que sea un sitio de vacaciones muy frecuentado por los suizos. Respecto a los edificios, la mayoría son casas pequeñas, sin superar las dos alturas, totalmente engalanadas con banderas del país: Suiza, del cantón: Berna, y con los escudos del distrito de Interlaken y, como suele ser habitual en Suiza, todos los balcones exhiben numerosas y floridas flores. Los únicos edificios que rompen un poco el paisaje son los hoteles ¡vaya hoteles! Creo que en pocos lugares del mundo he visto tantos hoteles de lujo juntos!
Interlaken (Suiza).
El color que predomina, aparte del rojo y del amarillo de las banderas, es el verde. El paisaje es muy diferente a lo que habíamos visto hasta ahora en los Alpes, aunque desde Interlaken se ve perfectamente la cadena del Jungfrau (4.518 m.), las montañas que rodean tanto el valle como los lagos apenas superan los 2.000 metros, totalmente cubiertas por frondosos bosques.
Interlaken (Suiza).
En la cima de una de estas montañas se encuentra Harder Kulm, una plataforma que hace de mirador sobre la ciudad, los lagos y la cadena del Jungfrau. Como todo lo relativo al check in lo hicimos por la mañana aprovechamos la tarde para hacer un trekking hasta allá arriba.
La subida es bastante fuerte al principio, ganando mucha altura a través de un arreglado camino entre los arboles. A diferencia de rutas anteriores, esta es un poco más "urbana", ya que cada poco cuenta con bancos en los que poder relajarse un poco, y con pequeños miradores desde donde ver el pueblo de Interlaken, cada vez más abajo, y disfrutar de las vistas a la cadena del Jungfrau. Una vez que se sube ese primer tramo duro, la subida es más sostenida, aunque siempre picando fuerte hacía arriba. Como el camino transcurre metido entre la vegetación, apenas vamos viendo más paisaje que el bosque por el que subimos, aunque todo eso cambia al llegar a la cima. En poco más de cuatro kilómetros nos habíamos elevado prácticamente mil metros, por lo que las vistas desde allí arriba son espectaculares. Para más inri, hay una plataforma sobre el vacío, desde allí nada te molesta para poder disfrutar en todo su esplendor del paisaje que nos brinda el valle, con los dos lagos, de agua celeste, abajo, y el macizo del Jungfrau, blanco, nevado... justo enfrente.
Harder Kulm
Puesto que la ruta hasta el mirador de Harder Kulm es una pasada, pero quizá algo corta, decidimos bajar por otro camino, rodeando más hacía la izquierda, evitando así el desnivel tan pronunciado, ya que por este otro lado, en dirección a Ringgenberg al hacer más kilómetros, el desnivel no es tan brusco. La bajada por este lado, es estéticamente muy parecida a la subida, siempre rodeados de arboles, salvo en pequeños claros en los que nos quedábamos impresionados con el verde de los Alpes, por momentos me recordaba a mis caminatas por Asturias o Cantabria.
Ringgenberg es un pequeño pueblo de chalecitos, ubicado junto al lago Brienz. Allí visitamos las ruinas de una pequeña fortaleza, edificada junto a la iglesia y el lago, donde, tras la intensa caminata, nos relajamos un poco, sentados en la torre, con bonitas vistas hacía el lago.
Castillo de Ringgenberg
Acto seguido, volvimos al hotel, donde cenamos tranquilamente en nuestra terraza, con la mirada fija en el Jungfrau... el día siguiente, ¡estaríamos allí arriba!
Este es el track de la ruta en Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3338022 (Aprox. 16 km.).
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Gastos a tener en cuenta:
- Tren Brig/Visp - Lötschberg - Spiez - Interlaken: 76 CHF
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Relacionada:
Crónica de un viaje a los Alpes.
12 días: Chamonix, Zermatt e Interlaken.
Verano 2012.
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