Aprox 7 km. / 2h.
La Coruña es una de las ciudades más bonitas de España, esto no creo que le extrañe a nadie, pero quizá el entorno sea un poco más desconocido. Este Sábado estuvimos recorriendo parte del sendero PR G-87 dentro del Monumento Natural Costa de Dexo-Serrantes, entre las localidades de Mera y Lorbe, a pocos kilómetros de la capital coruñesa, comprobando que el entorno está a la altura de la ciudad: merece la pena conocerlo.
La Coruña es una de las ciudades más bonitas de España, esto no creo que le extrañe a nadie, pero quizá el entorno sea un poco más desconocido. Este Sábado estuvimos recorriendo parte del sendero PR G-87 dentro del Monumento Natural Costa de Dexo-Serrantes, entre las localidades de Mera y Lorbe, a pocos kilómetros de la capital coruñesa, comprobando que el entorno está a la altura de la ciudad: merece la pena conocerlo.
Comenzamos a caminar desde el Puerto de Dexo, una pequeña cala con un bonito merendero a la que me imagino que llaman puerto porque cuenta con los restos de una grúa, con la que elevarían, años atrás, pequeñas embarcaciones. Cogimos el camino hacia la izquierda, hacia Mera, atravesando en primer lugar un bosque de pinos y eucaliptos, seguimos nuestro camino sobre los acantilados, desde los que pudimos apreciar la fuerza del Océano Atlántico al batir contra las rocas; La marea estaba baja por lo que no pudimos disfrutar del espectáculo de las "furnas", agujeros que hay ido escavando el mar bajo la roca, por los que sale parte de la espuma que producen las olas al romper contra la orilla.
El camino sigue sobre los acantilados, siempre con la Torre de Hércules y la ciudad de La Coruña al fondo, hasta llegar a la Punta do Seixo Branco, donde se asentaba una antigua batería militar, de la que se conservan algunos restos, y desde donde se obtienen unas buenas vistas tanto de La Coruña como de su bahía. Ahí comenzó a llover por lo que dimos la vuelta...
Para volver, seguimos junto al mar hasta la playa de Canabal, cuyas aguas se vuelven azul turquesa, casi caribeñas, cuando brilla el Sol, eso nos dijeron al menos los anfitriones... ahí cogimos dirección al Castro de Subiña, volviéndonos a adentrar en el bosque de eucaliptos que atravesamos al principio de la ruta, pese a que dimos varias vueltas para encontrar el castro, no lo conseguimos! <<al llegar a casa leí en Internet que la vegetación impedía acceder a los restos>>. El castro esta junto al pueblo, por lo que el resto del camino lo hicimos por la carretera...
Ruta interesante esta, me quedo con las ganas de hacerla entera, desde Lorbe a Mera un día soleado.
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