Cuando las variables de la ecuación previa a una carrera son escaso entrenamiento y ligero sobrepeso, el resultado final no suele distar mucho de sufrimiento, dolor y abandono. Y más cuando hablamos de una prueba como la Carrera por Montaña Alto Sil, en la que los 4.000 metros de desnivel acumulado, son una variable más a añadir a esta aciaga ecuación.
Cierto es que, aunque las matemáticas son una ciencia exacta, nuestro cuerpo y mente, no siempre se rigen por estos principios, y aunque la lógica me hubiese obligado a replantearme mi participación en esta carrera, mi sentido común sucumbió ante mis ganas de disfrutar corriendo por los bellos montes de Páramo y ante mis ganas de volver a sentir las gratas sensaciones percibidas al correr un trail de esta envergadura.