miércoles, 3 de julio de 2013

Cresteando por los Montes Aquilianos (Montes-Montes)

Seguramente en mayor o menor medida todos estamos enganchados a algo, en mi caso, mi droga son las montañas.

Una de esas montañas por las que "necesito" pasear para ser feliz son los Montes Aquilianos, no sé que tienen Silla, Pico Tuerto o la Aquiana pero cada vez que subo a sus cumbres me llenan, me relajan, me hacen disfrutar... en definitiva, me enganchan! 


Hacia tiempo que no subía por allí, por lo que mi "mono" iba en aumento, pero por unos motivos u otros no había podido subir, así que después de tanto tiempo, las disfrute más, si cabe.

Partí de Montes de Valdueza, uno de esos pueblos bercianos con tanto encanto, con dirección a Peñalba, siguiendo la ruta de la "Travesía Integral de los Montes Aquilianos", que ya no abandonaría hasta pasar la Aquiana, bajo el inmenso calor del recién estrenado verano.

Montes de Valdueza
Afortunadamente, este primer tramo hasta Peñalba es bastante sombreado y salvo la dura subida al Carballal, en la que el calor se hizo asfixiante, lo llevé bastante bien. En Peñalba, otro de esos pueblos que no hace falta describir, aproveché para comer algo, beber bien, llenar la camel y concienciarme ante lo que se me venía encima: la infernal subida a Silla de la Yegua.

Peñalba, al lado de las peñas albas que le dan nombre
La ascensión a Silla de la Yegua es posiblemente la subida más dura que conozco, en ella se salvan más de 1.000 metros de desnivel en apenas dos kilómetros; Además, al no ver la cima hasta que prácticamente estas en ella, se hace interminable. Si a todo esto unimos el calor, me tocó hacerla despacito, no estaba el día para grandes esfuerzos.

Vistas desde la subida a Silla: Abajo, en el fondo del valle, Peñalba; más al fondo, en la llanura, Ponferrada; mientras que la montaña que se ve a la izquierda es la Aquiana, tan distante desde aquí...
Silla de la Yegua (2.142 m), junto a la placa conmemorativa en memoria de Óscar Pollán 
Desde la cumbre, a casi 2.200 metros de altitud, en uno de los techos del Bierzo (aunque administrativamente su cima está en La Cabrera), pude disfrutar de unas vistas espectaculares, así como de una temperatura mucho más agradable que me ayudaría a afrontar los kilómetros que aún me quedaban hasta regresar a Montes.

Vistas desde Silla de la Yegua
Montes Aquilianos vistos desde Silla de la Yegua: En primera instancia Berdianinas, seguido de Pico Tuerto y, al fondo, La Aquiana.
Una vez arriba, ya ganada la altitud, solo me quedaba crestear por los picos. Me puse manos a la obra, alternando momentos de carrera y momentos de caminata, con momentos de parón y relax para disfrutar del entorno por el que transcurría... momentos de soledad y gozo, tan solo empañados por la nube de insectos que revoloteaba sobre mi cabeza.

Vistas desde Berdianinas, a 2.116 m
Subida a Pico Tuerto.
Pico Tuerto, 2.051 m
La ruta por arriba, entre brezos y escobas, no tiene apenas dificultad, si exceptuamos el cortafuegos que sube a la Aquiana, donde de nuevo toco agarrarse a los bastones y subir tranquilamente.

Echando la vista atrás desde la Aquiana (1.848 m) para ver el camino andado
Ermita de la Aquiana
Al pasar la Aquiana, y tras echar un último vistazo al valle, decidí bajar por un cortafuegos que desde allí arriba no parecía tan empinado como luego la realidad me demostró. Pasé  momentos de verdadero apuro para mantenerme en pie, por lo que si alguien va a hacer la ruta le recomiendo bajar por el camino, que se encuentra un poco más adelante. Por contra, este cortafuegos me brindó la oportunidad de pasar junto a las moles de los Doce Apostoles, impresionantes vistas desde tan cerca.

Doce Apostoles
Una vez en el collado de los Doce Apostoles, ya solo me quedó un fácil descenso para volver de nuevo a Montes de Valdueza y cerrar la ruta de unos 25 kilómetros de longitud, en la que mis piernas acumularon cerca de 4.000 metros de desnivel, pasando por tres montañas por encima de los 2.000 metros de altitud: Silla, Berdianinas y Pico Tuerto, así como por una de las más representativas de la comarca: La Aquiana.

Una ruta complicada si no estás a tono, pero bonita e interesante.

Este es el track de la ruta en wikiloc: Cresteando por los Montes Aquilianos (Montes-Montes)

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2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, que alla arriba se encuentra la relajación absoluta y que la carga de energia es máxima.

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  2. Yo la hice este sábado, y la verdad, es dura, pero merece la pena. Eso sí, todavía no me he recuperado... Pero me han quedado ganas de repetir. Cuando estás allá arriba te parece que no existe un punto más alto en todo el mundo, es fantástico!

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