Cuenta la leyenda que en el fondo del Lago Somido descansa la espada Durandarte, espada legendaria que portó el conde francés Roldán, capitán del ejercito de Carlomagno y héroe mítico de la Francia medieval. Hay quien afirma incluso que en el día de San Juan pueden verse los reflejos de su empuñadura de oro.
Leyendas aparte, el Lago Somido es conocido por la belleza de sus nenúfares y por ser un lugar alejado del bullicio que suele existir en el resto del paisaje cultural de Las Médulas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.