Cuenta la leyenda que en el fondo del Lago Somido descansa la espada Durandarte, espada legendaria que portó el conde francés Roldán, capitán del ejercito de Carlomagno y héroe mítico de la Francia medieval. Hay quien afirma incluso que en el día de San Juan pueden verse los reflejos de su empuñadura de oro.
Leyendas aparte, el Lago Somido es conocido por la belleza de sus nenúfares y por ser un lugar alejado del bullicio que suele existir en el resto del paisaje cultural de Las Médulas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La ruta hasta el Lago es muy sencilla, ya que está situado a menos de 1 kilómetro del pueblo de Médulas, y se accede a él a través de un camino por el que perfectamente se podría llegar en coche. Antes de llegar al propio Lago Somido, el camino pasa junto a otras dos lagunas: Laguna Pinzáis y Laguna Larga, que dependiendo de la época del año están casi secas o, en cambio, son casi tan bonitas como el propio Lago.
Laguna Larga |
Una vez en el Lago Somido, uno de los lugares de Las Médulas que a mi más me gustan, por el silencio y la tranquilidad que allí se percibe, merece la pena sentarse un rato en la pradera y dejarse mecer por la paz que emanan sus aguas, en cuyo reflejo se muestran las siluetas de arcilla del paisaje cultural.
Lago Somido |
Lago Somido |
Tras disfrutar de esos momentos de relax, es aconsejable también visitar el mirador de Chaos de Maseiros, situado al final del lago, desde el que se obtiene una bonita panorámica del Lago de Carucedo, el embalse de Campañana y el valle formado por la acumulación de estériles procedentes de la actividad minera en Las Médulas.
Vistas desde el mirador de Chaos de Maseiros |
Las Médulas, vistas desde el mirador de Chaos de Maseiros. |
La vuelta a Médulas se realiza por el mismo camino, concluyendo así una ruta que aunque se puede realizar en poco más de media hora, creo que merece la pena dedicarle un poco más de tiempo y disfrutar de esa paz que trasmite el lago, en un enclave único desde el que observar el contraste del rojo de la arcilla con el verde de la vegetación que cada día cubre un poquito más el paisaje de este espacio cultural, declarado Patrimonio de la Humanidad.
De vuelta a Médulas, con el paisaje de Las Médulas de frente. |
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